Con esta tan “rimbombante” denominación, va unas cuantas durante los últimos años, el pasado sábado 5 de julio, con entrada en vigor ese mismo día, se publicó en el BOE, el Real Decreto-Ley de referencia – en adelante RDL.-
El mismo lo debemos considerar como una verdadera Ley “Ómnibus”, muy similar a las antiguas Leyes de Acompañamiento a los Presupuestos Generales del Estado, dada la diversidad de materias que aborda. Prácticamente parece que el Gobierno “ha sacado de sus cajones” todas las normas pendientes de aprobación y las ha incluido en este RDL. Concretamente se modifican hasta un total de 26 normas vigentes. Una auténtica barbaridad del todo innecesaria. Los RDL, sinceramente, no están para esto. Desde cuestiones de índole fiscal, pasando por temas vinculados a la seguridad aérea, limitaciones en las comisiones de las tarjetas de crédito, financiación de la actividad económica, horarios comerciales y un largo etcétera de materias heterogéneas comparten articulado.
En estas notas de urgencia nos centraremos exclusivamente en las medidas de índole laboral entre las que destaca la creación del denominado sistema nacional de garantía juvenil cuyo objetivo final, una vez más, es la empleabilidad del colectivo quizás más castigado durante estos años de crisis: los menores de 25 años sin trabajo reciente y sin estudios.